A 42 años de la recuperación de la democracia en Bolivia, el Defensor del Pueblo, Pedro Callisaya, expresó su preocupación sobre la "fragilidad" de la institucionalidad democrática en el país, una situación que, según él, ha perdurado desde gestiones anteriores. Callisaya señaló que el uso "casi perverso" de las instituciones, dando por ejemplo el retraso de las Elecciones Judiciales y la controversia sobre la elección del fiscal general, debilita la confianza en la democracia. Según su análisis, la falta de respuesta a las necesidades del pueblo genera escenarios de conflicto, donde los ciudadanos buscan alternativas que incluso pueden sacrificar sus derechos.